“No me gusta pelear”: por qué evitar las conversaciones difíciles daña la relación
Una de las frases más escuchadas en consulta es: "No me gusta pelear." Quien la dice suele usarla para justificar la evasión de conversaciones importantes con su pareja. Pero detrás de esta aparente buena intención se esconde un problema: confundir diálogo con pelea y evitar el contacto con el propio mundo emocional.
La verdad es que no se trata de que a alguien le "guste" pelear. Se trata de que las conversaciones incómodas son necesarias para resolver los conflictos y mantener la salud de la relación.
El malentendido detrás de "no me gusta pelear"
Cuando una persona rechaza hablar de un tema porque "no le gusta pelear", suele estar expresando en realidad que:
- Le resulta difícil manejar sus emociones.
- Tiene miedo de lo que pueda surgir en la conversación.
- Prefiere evitar el conflicto antes que enfrentarlo.
👉 Pero la otra persona, la que sí busca abrir el diálogo, ¿acaso lo hace porque le "gusta pelear"? Evidentemente no. Lo hace porque entiende que enfrentar el problema es la única forma de resolverlo.
Conversar no es lo mismo que pelear
- Pelear implica gritar, atacar, culpar.
- Conversar implica expresar lo que se siente, escuchar al otro y buscar soluciones.
El error está en creer que toda incomodidad es una pelea. No es así. Una conversación difícil puede ser tensa, pero si se maneja con respeto y con intención de resolver, no es una pelea: es una herramienta de autocuidado de la relación.
La analogía del autocuidado
No siempre tienes hambre, pero aun así comes porque sabes que tu cuerpo necesita alimento para mantenerse en pie. Tampoco disfrutas una medicina amarga, pero la tomas porque entiendes que es necesaria para mejorar.
De la misma forma, hablar de lo que incomoda en la relación no siempre resulta agradable, pero es imprescindible. No se trata de que disfrutes la incomodidad, se trata de que entiendas que estas conversaciones son necesarias para cuidar de tu pareja y de ti mismo.
Beneficios de enfrentar las conversaciones incómodas
- Se previene la acumulación de resentimientos.
- Se construye confianza y transparencia.
- Se generan acuerdos claros que evitan futuros malentendidos.
- Se fortalece la intimidad emocional.
Cuando faltan herramientas
Es comprensible que muchas personas sientan que no tienen recursos para que estas conversaciones terminen en algo bueno. En esos casos, la solución no es evitarlas, sino buscar ayuda.
En terapia de pareja se aprende a:
- Comunicar emociones sin atacar.
- Escuchar al otro sin interrumpir ni invalidar.
- Transformar una discusión en un diálogo productivo.
- Resolver conflictos sin desgaste innecesario.
Conclusión
"No me gusta pelear" no puede ser la excusa para evadir lo que debe hablarse. Las conversaciones difíciles no son un capricho ni un ataque: son parte del cuidado mutuo y del compromiso de pareja.
No se trata de que te guste conversar sobre lo incómodo. Se trata de que te guste estar bien en tu relación y que tengas la valentía de tomar las decisiones que la fortalecen. Y si sientes que no tienes las herramientas para lograrlo, la Clínica de la Pareja está aquí para acompañarte.
👉 Pide tu cita y empieza a transformar tus conversaciones en oportunidades de crecimiento.
Atenea Anca
Psicóloga, sexóloga, terapeuta de parejas y directora de la Clínica de la
Pareja

