Perdonar no es olvidar: claves para comprender la diferencia en pareja

03.06.2018

En las reconciliaciones de pareja aparece con frecuencia una idea equivocada: "Si me perdonaste, no deberías volver a hablar de esto." O, en el otro extremo: "Si no logro olvidarlo, es porque no he perdonado de verdad."

Estas expectativas generan sufrimiento en ambas partes. El perdón no es un botón de borrado, ni una lobotomía emocional. Perdonar no implica olvidar, sino integrar lo ocurrido a la historia de la relación, y eso requiere tiempo, dolor y un proceso consciente de reconstrucción.

La fantasía de "perdonar es olvidar"

  • En quien pide perdón: espera que el tema nunca más se mencione, porque cada recuerdo es vivido como un reproche.
  • En quien quiere perdonar: cree que debería dejar de recordar y de sufrir automáticamente, y se siente frustrado al comprobar que la herida sigue presente.

Ambas posturas se basan en una expectativa irreal: que el perdón borra la memoria.

Qué significa realmente perdonar

Perdonar es un acto consciente que implica:

  • Aceptar que ocurrió: reconocer el hecho, sin negarlo ni minimizarlo.
  • Recordar desde una nueva perspectiva: no se borra el recuerdo, pero se le da un nuevo significado.
  • Elegir continuar: decidir que, a pesar de lo sucedido, esa persona sigue siendo tu elección por todas las virtudes y valores que tiene.
  • Trabajar en la confianza: establecer acuerdos y compromisos para que no vuelva a repetirse.

👉 El perdón no elimina el pasado: lo integra a la historia de la pareja de una manera distinta.

El proceso de integración

Cuando ocurre una herida en la relación, la memoria emocional registra dolor y desconfianza. El perdón consiste en superponer nueva información a la antigua: gestos de cuidado, compromisos cumplidos, respeto mutuo.

  • Este proceso toma tiempo.
  • Implica momentos de recaída emocional.
  • Puede doler recordar, pero recordar no significa que el perdón no exista.

El reto de quien recibe el perdón

Es importante comprender que la pareja que perdona puede recordar y, en ocasiones, traer el tema nuevamente. No es un ataque personal, sino parte del proceso de cicatrización. Pretender que nunca más se hable de lo ocurrido es invalidar la herida.

El reto de quien otorga el perdón

La persona que perdona debe aceptar que recordar es inevitable, pero también que elegir continuar significa comprometerse a no usar el error como un arma constante. El equilibrio está en reconocer el dolor, expresarlo de manera sana y trabajar juntos en la construcción de un futuro distinto.

Perdonar en terapia de pareja

En terapia se trabaja para que ambas partes entiendan que:

  • El perdón no borra, transforma.
  • La confianza no se recupera de un día para otro, se reconstruye.
  • La comunicación respetuosa es clave para que el recuerdo no sea un castigo, sino un recordatorio de lo que ya no se quiere repetir.

Conclusión

Perdonar no es olvidar: es recordar con otra mirada. Es aceptar lo que pasó, reconocer el dolor y decidir que la relación merece seguir adelante porque existe amor y compromiso para reconstruir.

En la Clínica de la Pareja acompañamos a quienes atraviesan este proceso, ofreciendo herramientas para sanar heridas, recuperar la confianza y transformar el dolor en aprendizaje.


Atenea Anca
Psicóloga, sexóloga, terapeuta de parejas y directora de la Clínica de la Pareja

Clínica de la Pareja - Home