¿Sirve realmente darse un tiempo en pareja?

06.05.2018

Cuando las cosas no van bien en la relación, muchas parejas consideran la opción de "darse un tiempo". La idea parece lógica: tomar distancia para pensar, extrañarse y retomar luego con más fuerza. Sin embargo, en la práctica, este recurso suele convertirse en un limbo emocional que alimenta el desamor más que el amor.

En este artículo exploraremos por qué el "darse un tiempo" no suele funcionar como se espera, qué riesgos implica y cuál es la alternativa más saludable para trabajar en la relación.

El mito del "extrañarse"

Muchas parejas creen que la distancia les hará valorar lo que tienen. La fantasía es: "Si no nos vemos, nos vamos a extrañar y eso nos unirá más.

"El problema es que el amor no se fortalece con ausencia, sino con presencia, compromiso y trabajo mutuo. Extrañar no resuelve los conflictos que ya existen. Al contrario, el tiempo suele extenderse más de lo planeado y abrir nuevos problemas.

La ambigüedad del "tiempo"

Uno de los principales problemas de esta decisión es que se trata de un acuerdo ambiguo:

  • No hay claridad sobre cuánto durará.
  • No se definen condiciones: ¿pueden salir con otras personas? ¿mantendrán contacto?
  • Cada miembro de la pareja interpreta el acuerdo de manera diferente.

👉 Esta ambigüedad genera incertidumbre, resentimiento y discusiones posteriores.

Los riesgos del "darse un tiempo"

  1. Prolongación indefinida: lo que iba a ser "unas semanas" se convierte en meses de incertidumbre.
  2. Terceras personas: si uno inicia una relación externa, puede sentirse legítimo, mientras el otro lo percibe como infidelidad.
  3. Falsa esperanza: uno de los dos puede estar convencido de que volverán, mientras el otro ya decidió alejarse.
  4. Desgaste emocional: vivir en un limbo impide cerrar la etapa y elaborar el duelo si la relación termina.
  5. Cuando el "tiempo" es en realidad miedo a terminar.

En muchos casos, lo que lleva a plantear un tiempo es el miedo:

  • Miedo a equivocarse si se termina.
  • Miedo a enfrentar el dolor del duelo.
  • Miedo a asumir la decisión frente a la familia o amigos.

El tiempo funciona entonces como una pausa evasiva, no como un recurso de solución.

La alternativa: trabajar en el amor, no en el desamor.

Si la relación enfrenta dificultades, la respuesta no está en separarse a medias, sino en abordar de frente los problemas.

La terapia de pareja ofrece un espacio para:

  • Expresar lo que duele y lo que falta.
  • Aprender a comunicarse sin herirse.
  • Identificar patrones repetitivos que dañan la relación.
  • Construir acuerdos claros sobre proyectos, intimidad y confianza.

👉 Si después de ese proceso la relación no logra sostenerse, la separación será una decisión consciente y definitiva, no un "tiempo" lleno de ambigüedades.

¿Y si nos separamos definitivamente?Tomar la decisión de separarse no significa que no haya amor, sino que las condiciones actuales no permiten que la relación sea sana. La ventaja de una separación clara frente a un "tiempo" es que:

  1. Cada persona puede vivir su duelo sin ataduras.
  2. No hay malentendidos sobre fidelidad o compromiso.
  3. Si en el futuro se reencuentran y deciden volver, será desde un lugar más maduro y consciente.

Conclusión

"Darse un tiempo" rara vez resuelve los conflictos de pareja. Más que un camino de reconciliación, suele ser una pausa ambigua que prolonga el sufrimiento y genera nuevas heridas.

El verdadero camino para sanar la relación no es trabajar en el desamor, sino en el amor: invertir tiempo, energía y compromiso en terapia de pareja. Allí pueden obtener las herramientas necesarias para decidir si el vínculo puede transformarse o si es momento de separarse definitivamente, con claridad y respeto.


Atenea Anca
Psicóloga, sexóloga, terapeuta de parejas y directora de la Clínica de la Pareja 

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