Muchos hombres asocian el envejecimiento con el declive sexual. Si bien es cierto que el cuerpo cambia con el paso de los años, la sexualidad no desaparece: se transforma. Comprender estos cambios y adaptarse a ellos permite mantener una vida íntima plena y satisfactoria durante la adultez tardía.
La masturbación es una conducta sexual común y saludable cuando se practica de manera equilibrada. Sin embargo, en algunos casos puede transformarse en un comportamiento compulsivo que genera malestar personal o deteriora la relación de pareja. Reconocer la diferencia entre un hábito sano y una adicción es clave para mantener el bienestar sexual y...
La eyaculación precoz es una de las disfunciones sexuales masculinas más frecuentes y, al mismo tiempo, una de las que más vergüenza genera. Muchos hombres la viven en silencio, con ansiedad y temor al juicio de su pareja. Sin embargo, se trata de un problema común que tiene tratamiento y soluciones efectivas.
Las discusiones son normales en cualquier relación. Sin embargo, cuando se convierten en el centro de la vida en pareja, generan desgaste emocional, distancia y un sentimiento de insatisfacción permanente. Estar "harto de discutir" es una señal de alarma que no debe ignorarse.
Descubrir una infidelidad puede sentirse como un terremoto emocional. La confianza se rompe, aparecen dudas sobre el pasado y el futuro, y surgen emociones intensas que van desde la rabia hasta la tristeza profunda. Aunque muchas parejas creen que la infidelidad marca el fin inevitable, en realidad abre un proceso de decisiones y posibles caminos.
En consulta, uno de los temas más frecuentes entre los hombres es la preocupación por su desempeño sexual. El miedo a "no rendir lo suficiente" genera ansiedad y, paradójicamente, esa misma ansiedad dificulta el disfrute. La llamada "gran preocupación masculina" no es solo un asunto físico: involucra la autoestima, la relación de pareja y los mitos...
Acostarse con los hijos pequeños puede parecer una de las experiencias más dulces de la crianza. Verlos dormir, despertar con ellos y compartir esos momentos íntimos genera ternura y apego. Sin embargo, cuando se convierte en una práctica constante, también puede afectar la relación de pareja.
Cuando se habla de pasión, muchas personas piensan únicamente en la frecuencia o la intensidad de las relaciones sexuales. Sin embargo, la pasión es mucho más amplia: abarca la ternura, la complicidad, el deseo expresado en las miradas, las caricias y la intimidad emocional.
Uno de los mayores descontentos en la vida en pareja surge cuando la relación pierde intensidad. La rutina, el cansancio y la falta de innovación pueden apagar la chispa. Poner "picante" en la relación no significa necesariamente prácticas extremas: se trata de introducir pequeños cambios que renueven el deseo y la complicidad.
En el sexo todo debería ser consensuado, deseado y placentero. Sin embargo, muchas personas tienen relaciones sexuales no por deseo propio, sino por amor, compromiso o incluso por presión. Reflexionar sobre las motivaciones detrás del acto sexual es esencial para vivir una intimidad sana y auténtica.
En las consultas de sexología, muchos hombres repiten las mismas inquietudes. Hablar de estos temas abiertamente ayuda a desmontar mitos, reducir la ansiedad y vivir la sexualidad con mayor seguridad.
Durante años se ha pensado que la preparación de una mujer para el encuentro sexual depende exclusivamente de lo que haga su pareja. En realidad, la preparación es un proceso integral —físico, psicológico y emocional— que requiere tiempo, comunicación y respeto. Sin ella, la intimidad puede convertirse en una experiencia incómoda o dolorosa en...
La rabia y la tristeza son emociones universales que forman parte de la vida humana. Aunque a menudo se confunden, tienen orígenes y efectos distintos. Reconocerlas y gestionarlas adecuadamente permite responder mejor a los retos de la vida y evitar que se conviertan en cargas emocionales crónicas.
Las relaciones de pareja deberían ser espacios de apoyo y crecimiento mutuo. Sin embargo, algunas se convierten en vínculos "ácidos": dinámicas cargadas de crítica, control y maltrato emocional que deterioran la confianza y el bienestar.














